martes, 22 de noviembre de 2011 Publicado por María García Esperón Posted in

La Casa Vieja I



La melancolía sube todavía la escalera de la casa, se extiende
en comprender el murmullo irremediable del caos, se aparta
para siempre de ti de un solo abrazo, se disgusta por nada,
hasta es feroz. Quien quiera que fuese el extranjero, aquel
joven personaje que vivía sin del todo vivir, tan a sus anchas
que aún sonroja su ausencia, hoy se hace arduo equivocarlo en
una siesta que no te pertenece. Miserables, nosotros, que
sufrimos a voces la calamidad y el desánimo. Y después vienen
tormentas a entorpecer la noche, cuando uno se cree
desesperado o mudo, y pasan mujeres sin medias a tu lado y las
palabras se borran.


jueves, 10 de noviembre de 2011 Publicado por María García Esperón

Poema para leer en voz muy baja


El desamparo era un mastín que ladraba
siempre a las tres de la tarde.
No sabía aún el viajero
de la tenacidad de ciertas ortigas
que pudren las manos después del amor.
Los faroles hablan de un tiempo
que ocurrió sin más intervalo,
de escobas ardiendo en Montecorral
como un suspiro en las piérgulas de antes.
Algo pasaría en ese paraje ignoto
que ahora se cumple.
Los afiladores traen la muerte
en sus coderas de badana, los niños
ni siquiera se asoman al sol de marzo.
El viajero eres tú
y la desolación escucha tus latidos.
No, no debes volver.


(C) Luis Miguel Rabanal
Voz. María García Esperón
Música: L. Einaudi
MMXI
sábado, 5 de noviembre de 2011 Publicado por María García Esperón Posted in

La fiebre oscura y el dolor


La fiebre oscura y el dolor,
las bellas palabras de los otros
dispuestas y solemnes
sobre la colcha ardiendo.
Nada ha sucedido, la enfermera
le da a beber sin más su agua.
Ella es pertinaz y distinta.
Como la memoria.
El sueño que se entrega
después de mucho convocarlo,
el peligro en la casa
que habitó con ellos y sin ellos,
la edad no cierta
del que escucha.

C) Luis Miguel Rabanal
Mortajas
Voz: María García Esperón
Música: L. Einaudi
MMXI